Regadera

26.03.2022
Como una regadera. A veces me gustaría estar como una regadera. Tal cual, y poner en su justo lugar a los maleducados y los prepotentes, a los desagradecidos y a los egoístas, a los que solo te buscan en los días nublados, que a veces también son los tuyos. Y hacerlo así, con nada de cordura, sin censura en las palabras, sin remordimientos ni pinchazos en el pecho, sin ataduras ni en la lengua ni en el corazón. También para decirte cómo me siento, a viva voz, sin empatías, sin manejar antes tus sentimientos que los míos, sin llorar tus lagrimas, que al final son tuyas. Y decirte, qué cansancio, ya no me gustas o me haces daño, o me encanta que hagas esto, o gracias. Me gustaría estar como una como regadera, para cantar a pleno pulmón en medio de donde sea cuando me emociono, para encerrar los miedos en el armario de los trastos, para vivir más que pensar, para no ser tan consecuente con mis actos. Y no olvidarme del agua que necesito y no desperdiciarlo en campos no fértiles ni cultivados con buena siembra. Y en este mundo loco de hoy ojalá estuviéramos como una regadera, muchos, muchos más, para no aceptar cómo sumisos siervos todo lo que nos dicen, para pelear y revolvernos por lo injusto, por plantarnos y decir aquí nos quedamos, coherentes a lo que pensamos. Quizás solo así habría un mundo más cuerdo, más justo, más sano o quizás es que yo ya esté un poquito como una regadera.
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